Grecia siempre ha supuesto una gran inspiración para los pintores surrealistas (De Chirico, Magritte...). Vienen a mi memoria imágenes de dioses y estatuas griegas todas blancas, enormes y bellamente melancólicas. Esos pelos rizados, esos ojos dulces y esa grandiosidad y sinfonismo.
Pero mi propuesta hoy es algo diferente. Los templos griegos. Sobre todo los que están junto al mar y el azul de este se funde con el del cielo. Para mi es una sensación muy especial ver esa conjunción. También debe serlo contemplar el mar desde el interior de esos templos formados por columnas.
¡¡ Qué maravillosa armonía !!
Y para terminar un sueño, el del olimpo:
Para todos los que soñamos con la belleza.
CARPE DIEM