Hace poco tuve la oportunidad de visitar las minas de Riotinto en Huelva.
Me encantaron. Una buena visita y una amena explicación. Sin embargo lo más importante es lo que nos dejaba, lo que no estaba.
Esos parajes son una verdadera mina... pero para los sentidos: añoranza, desolación, nostalgia, melancolía, abandono, .... pasado y no futuro. Y todo rodeado de ese río mágico que es el Tinto, con ese color de vino anaranjado que lo hacen único. Además de la historia de todas esas gentes que hicieron posible este paisaje. Un homenaje para ellos.
Os dejo alguna imágenes que he tomado y hay que decir que la lluvia acompañó a la tristeza del ambiente:
Hasta aquí mi visión. Ahora pongo otras fotos que he encontrado y que también tienen algo del alma de esa tierra.
CARPE DIEM
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