Otra vez al leer al maestro Fernando Pessoa he vuelto a sentir esa melancolía que lo hace tan especial.
El texto se llama INTERVALO DOLOROSO, pertenece al libro del desasosiego, y entre otras cosas dice esto:
Todo me cansa, hasta lo que no me cansa. Mi alegría es tan dolorosa como mi dolor.
Ojalá fuese un niño que echa barcos de papel en el estanque...
Como me recuerda esta frase a esa canción de Serrat dedicada a la infancia y que se titulaba, "barquito de papel":
Y sigue con cosas como esta:
Mis sueños son un refugio estúpido, como un paraguas contra un rayo.
Soy tan inerte, tan pobrecillo, tan falto de gestos y de actos.
Por más que por mi me embreñe, todos los atajos de mi sueño van a dar a los claros de la angustia.
Maravilloso y triste a la vez. Querida melancolía.
CARPE DIEM
Las palabras de Pessoa destilan una profunda tristeza.La tristeza de los seres solitarios,"inadaptados",que se sienten extraños en éste mundo,que no participan de los intereses del común de los mortales.Creo que ese profundo dolor que parece sentir tiene al mismo tiempo un punto de placer.El placer de saberse diferente,de saberse observador del mundo pero no partícipe.Al final es un amargo placer,pero en la amargura, la tristeza y la melancolía se trasluce a veces una incuestionable belleza.
ResponderEliminarSabías palabras, compañero. Estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarSigamos pues disfrutando de la prosa de Pessoa y los grandes sentimientos que transmite.
Gracias por tu comentario.