Muchas veces la ciencia nos sorprende y nos parece magia porque la desconocemos. Y esa sorpresa puede dar lugar a escenas surrealistas.
Uno de los principales ejemplos lo tenemos en Nikola Tesla. Este fue un científico croata que nació en 1856 y que destacó por su inteligencia y por su capacidad de inventar ya que proporcionó al mundo grandes inventos que muchos son una realidad hoy. Desde luego que era un poco soñador e idealista, lo que le llevó a tener problemas en su vida y a sentirse muchas veces incomprendido y perdedor en la carrera hacia el éxito.
La imagen que nos queda de Tesla es la del científico loco rodeado de extraños y surrealistas aparatos.
El tenía un sueño (entre otros muchos) que fue el de construir una torre que generaría energía y desde se podría mandar a todo el mundo a través de las ondas. No lo consiguio pero su ambicioso proyecto dio lugar a muchos avances y quedó plasmado físicamente en una construcción que se denominó la Torre Wardenclyffe.
Esta bella torre es en mi opinión uno de los máximos ejemplos de surrealismo científico que tuvimos.
Durante la primera guerra mundial se destruyó aunque hoy hay varias ideas para volver a reutilizar lo que queda de las instalaciones.
Hoy está en venta el terreno adquirido en su día por la empresa AGFA.
Ahora algunas fotos de lo que se puede ver hoy en día en ese mítico lugar.
Esperemos que la creatividad, belleza y eficiencia se den pronto cita con el nuevo proyecto.
CARPE DIEM
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